Reproduzco la tercera parte de esta investigación que si bien está redactada por Carlos Ferguson contiene conceptos que son plenamente compartidos por mí
OVNI EN NEUQUEN (DIVERSAS ACTITUDES ANTE EL CASO) (Por
Carlos Ferguson) (Nota 3)
“Ninguno de los componentes de las
Fuerzas Aéreas (Libro Azul), ha dedicado a este problema suficiente tiempo como
para percibir sus verdaderas dimensiones” (Dr.James Mc Donald)
“Durante largos años pensé que
todos los informes radicaban en interpretaciones falsas y en bromas. Pero
cuando se multiplicaron con el tiempo y adquirieron importancia estadística,
comprendí que el tema de los OVNIS no se solucionaría por sí sólo, pues esos
fenómenos sobrevenían simultáneamente en muchos países del mundo, como si
hubiera un acuerdo general para informar las extrañas apariciones”. (Dr.Joseph Allen Hynek)
INTRODUCCIÓN…
Desde que se conoció el testimonio en algún medio
sobre las declaraciones del piloto Sergio Fernández el 30 de junio de 2020,
quedó en claro que desde el área oficial no había ningún intento en obtener
información sobre el importante testimonio.
A ese testimonio se sumaron otros cuyas declaraciones
pudimos obtener, sobre este interesante caso.
Aun para quienes no nos hacíamos ilusiones con
respecto al “Centro de Identificación
Aeroespacial”, nunca se había presentado un caso con estas características
desde ese 2015 (cuando se hizo cargo su actual titular).
Siempre se trataba de informes anuales sobre recepción
de fotos y videos que se remitían al correo del llamado “Centro de Identificación Aeroespacial” (Ciae).
Pero aquí teníamos un caso EXCLUSIVAMENTE
AEROESPACIAL, dentro de nuestro territorio, con testigos importantes, dada su
experiencia en vuelos y observaciones aéreas en la zona.
Lo curioso fue que pasaban las horas, días y semanas,
y nadie, absolutamente nadie, se comunicaba con los testigos, desde la Ciae.
Desde 2015 en adelante, su titular (el Comodoro
retirado Lianza), ha definido ante distintos medios de prensa, su postura
irónica hacia la Ufología, y ha difundido conceptos erróneos y tendenciosos
sobre los que estamos en ella. Pero también ha explicitado las supuestas
funciones y objetivos de la Ciae, a saber:
“Organizar, coordinar y ejecutar la investigación y
análisis de eventos, actividades o elementos presentes u originados en el
Aeroespacio de interés; identificar sus causas e informar las conclusiones a
los Organismos pertinentes que las requieran”. (fin de la cita)
Leyendo esto, uno da por sentado que ante cualquier
aparición Aeroespacial en los cielos argentinos, la Ciae y su titular iba a “organizar, coordinar y ejecutar la
investigación, identificar sus causas e informar las conclusiones”.
Pero como antes señalé, esto no ocurrió.
Ante esto, es inevitable hacerse legítimas preguntas:
A – ¿Qué mejor que un evento “servido en bandeja”, en territorio argentino, y en el Aeroespacio?
B – ¿Qué mejor que un caso reciente?
C – ¿Qué más comodidad que testigos que están
identificados en lugares donde se los puede ubicar abiertamente?
D – ¿por qué no se ejecutó la investigación?
E – ¿Hay sólo alguna clase de testigos o casos
convenientes a analizar?
Entre otras.
En una nota en 2019, el titular de la Ciae manifestaba
que se habían explicado todos los casos:
“Por suerte se resolvieron todos…si
no se resolvió alguno es porque faltó un elemento para terminar el análisis” (fin de la cita).
Ante el caso del 30 de junio de 2020 parece que
absolutamente FALTARON TODOS los elementos para –siquiera– comenzar un
análisis.
Pero el principal elemento que faltó es el más básico
de todo estudio: INTENTAR DAR CON LOS OBSERVADORES.
¿Será que ni siquiera intentaron un llamado telefónico
porque prejuzgaron el disparate de Júpiter?…¿A eso se lo puede denominar
estudio serio y científico?…¿Sólo interesan denuncias fotográficas sin
testigos?
LOS ORÍGENES…
Analicemos un poco los orígenes de esta situación.
Desde 2011 hasta el 2014 la Comisión Oficial que por
entonces se denominaba CEFAE enfocó el tema tendiendo a un estudio integral,
mediante un trabajo interdisciplinario donde se incluía a los ufólogos.
La etapa que comenzó en 2015 en la comisión oficial,
fue totalmente en contrario, limitándose a analizar solamente fotografías y
videos, dejando de lado además el trabajo multidisciplinario (lo que fue
restando apoyo de los civiles convocados originalmente y el determinante que
ninguno de ellos convalidara los informes anuales de resolución de casos).
Incluso, ni siquiera había relación epistolar.
Mediante argucias, el titular logró finalmente
disolver la idea original instaurando un nuevo organismo que pasa a denominarse
“Ciae” (Centro de Identificación Aeroespacial) en el 2019, que, por supuesto, lo
contaría además como su primer titular, cargo que aún detenta.
Una de las primeras resoluciones fue extirpar a “la pata ufológica”, argumentando que un
nuevo enfoque era dirigido al análisis de fotos y videos, desechando todo
enfoque INTEGRAL del estudio del fenómeno que llamamos OVNI.
Que la Comisión Oficial no estudiaba OVNIS era algo ya
definido por la primera Comisión del 2011. Es importante decirlo, dado que su
nuevo titular siempre insiste en aclarar ante los medios de prensa que esta
Comisión o Centro “NO estudia Ovnis”.
La primera Comisión tampoco lo hacía. Desde el vamos
eso nos fue aclarado cuando ingresamos, y que el estudio apuntaba a lo
“Aeroespacial”. La invitación que se hizo de la Ufología fue a los efectos de
aportar uno de los aspectos de lo Aeroespacial y no el eje del mismo.
Con ese espíritu y claridad de enfoque participamos en
el 2011, primero yo y luego, cuando se me informó la posibilidad de poder sumar
a 4 personas más. Entonces ofrecí los nombres que creía podían acompañar ese estudio.
Así fue el ingreso de más civiles.
Una vez hecho esto, siempre mantuvimos la línea
criteriosa de no hablar del tema con ninguna componente ligada a lo “alienígena”, “extraterrestre” u otras definiciones como algunos malintencionados
nos quieren endilgar.
Y así como en la RAO
(RED ARGENTINA DE OVNILOGIA), la abrumadora mayoría de las conferencias
jamás señaló nada sobre el origen Ovni, tampoco nosotros desde esa
participación, fuimos jamás con ninguna mención en particular. Desde este
aspecto, el aporte fue impecable y nadie puede endilgarnos que íbamos al
Edificio Cóndor con un “ET” bajo el
brazo.
Ya con el cambio ocurrido desde 2015, y argumentando
la necesidad de contar con personas especializadas en imágenes, la parte
ufológica (para la cual fuimos llamados), quedó fuera (hecho celebrado por
algunos de los defensores de la actual Ciae y también una parte de la
Ufología).
Pero, contradictoriamente a lo declamado, los informes
anuales se centran solamente en identificar solamente supuestos casos ufológicos,
y, allí no figura referencia alguna a otros casos que serían de incumbencia,
como ser el sobrevuelo de aeronaves no matriculadas con fines delictivos.
Esto evidencia una actitud siempre apuntando a un sólo
lado: desacreditar los temas ufológicos, siendo la “identificación aeroespacial” una suerte de pantalla.
Como lo señalara el colega Luis Pacheco en su artículo
“Los simuladores de siempre”, lo
llamativo es que ingresaron “asesores” extranjeros a los cuales jamás se les
pidió el mismo título de especialización en imágenes que a nosotros:
Y no sólo eso, sino que asesoran en calidad de “ufólogos” o bien con el mote de “periodistas científicos” o “investigadores”.
La pregunta sin contestar (una más) es por qué a esas
personas no se les exigió el mismo requisito que a los argentinos que estábamos
participando.
Cuando algún segundón defensor de la Ciae (“cadetes
espaciales”) afirma hoy que lo que hacemos es por resentimiento, olvida el
detalle que durante 3 años desde que eso ocurrió, nunca dijimos nada, (por
cierto, sólo una parte de los civiles que estuvimos allí estamos diciendo
algo).
LA VERDADERA CAUSA….
¿Por qué entonces hablar ahora?
La explicación es simple. Comencé a ver que en
infinidad de notas periodísticas, el titular de la Ciae, se refería a la
Ufología de manera irónica, despectiva, y tendenciosa.
Esto se puede ver en detalle en mi anterior nota «Los
desinformadores de la Ufología – parte 2»:
Infinidad de medios reprodujeron las ideas falsas y
confusiones manifiestas del titular de la Ciae.
Se refirió a la Ufología y a quienes estamos en ella
como: “soberbios”, “creyentes en extraterrestres”, “faltos de conocimientos” – “faltos
de hipótesis”, etc.-
Y agregó dislates conceptuales muy primarios o
simplemente prejuiciosos. (CITA 1)
La más usual fue sostener que la palabra OVNI es
sinónimo de “Extraterrestre” y que todos los que estamos en Ufología tenemos
una idea preconcebida con ello.
Está claro que el titular de la Ciae malinforma con un
sistema dialéctico muy evidente:
a – El OVNI como tal (incluida su definición), debe
desaparecer de escena. Por ello cuestiona en forma constante a la definición de
Hynek (que en realidad es impecable y la mejor realizada hasta ahora)
b – Extirpado el OVNI, sólo quedan 2 alternativas = lo
convencional (conocido, natural, etc), y la “nave extraterrestre” del otro
lado. De esta manera, se maneja con la comodidad de haber excluido los casos
OVNI y dejar sólo la alternativa extraterrestre, lo cual es un infantilismo
metodológico.
Pero aquí no se trata de discutir si el fenómeno es o
no extraterrestre, sino enfocar el estudio a las observaciones, que es lo que
la Ciae no hace.
Luego de eso su titular actual fue más allá y se
atrevió a hacer interpretaciones ufológicas.
Pésimamente asesorado por “periodistas científicos”
(ya vimos a uno de ellos mostrando sus dotes investigativas en 8 minutos y
declarando barbaridades en TV), cree dominar este tema de la Ufología con la
única experiencia de haber subido a un cerro en los años 80 (Huella del
Pajarillo), lo que es una tarea que cualquier turista efectúa en un viaje de
placer.
Con tal crédito y un “cursillo” sobre Ovnis, el
titular de la Ciae cree ser conocedor de Ufología.
Pero quien señala a los Ufólogos como “soberbios”, no
conoce absolutamente nada del ambiente Ovni. En todos los años que estamos en
este tema (Casi 45 años ya), es un perfecto desconocido por propios y extraños.
Nunca participó en nada de la Ufología, no hay
registro alguno (ni fotográfico, ni de nota en medio de prensa, ni de
participación en congresos, etc), que atestigüe su presencia y supuesta
“experiencia en la Ufología”. Menos aún de artículos o investigaciones.
¿SE PUEDE CONSIDERAR ALGUIEN CONOCEDOR DEL TEMA SÓLO POR VISITAR UNA HUELLA COMO TURISTA Y ASISTIS A LO QUE ÉL MISMO DENOMINA UN CURSILLO DE OVNILOGÍA? |
LA PEREZA OFICIAL
Es llamativo que uno de los defensores de la actual
Ciae manifieste sin sonrojarse que los “Ufólogos
son perezosos” (aunque ya nos tiene acostumbrados a dislates parecidos).
Y entonces, ¿cómo podemos llamar al representante de
un centro oficial que pasados casi 2 meses no ha levantado un teléfono para
comunicarse con testigos de un hecho aeroespacial?…
Los “perezosos” ufólogos tomamos cartas en el asunto
20 horas después, y del lado oficial (HASTA HOY), nadie ha movido un dedo.
Ya años atrás el reconocido físico Dr.James Mc Donald,
quien denunciaba las falencias del LIBRO AZUL (Blue Book), señalaba:
El DR JAMES McDONALD, quien mostró las graves falencias del LIBRO AZUL y del PROYECTO CONDON en sus supuestos estudios "serios" |
“Una de sus más logradas tácticas podía ser la de los ‘cinco
días de demora’. Tras una importante observación que ha merecido los honores de
ser difundida por las agencias de prensa, el Proyecto Libro Azul y la Oficina
de Prensa del Pentágono se limitan a esperar. Luego, cuando el interés de la
prensa ha agotado su característica media vida de unos dos o tres días, dan a
la luz una “explicación”…(CITA
2)
“Esto produjo un efecto bien conocido para
todo aquel que ha estudiado atentamente el problema. En Dayton (sede del Libro
Azul), se daban las ‘explicaciones’ más desaforadamente anticientíficas a
importantes observaciones.
Casos que no presentaban la más remota semejanza con
criaturas aladas se convertían en ‘aves’, y alguno de los más improbables
fenómenos de ‘globo’ en toda la historia de la aerostación pueden ser hallados
en los archivos de Proyecto Blue Book. La etiqueta ‘astronómica’ fue aplicada a
casos que no son más astronómicos que ornitológicos; y así sucesivamente.”(CITA 3)
En Argentina, casi 60 años después, el Centro de Identificación Aeroespacial
no sólo no llega a los 5 días del hecho, sino que no lo hace nunca.
VOLVIENDO A LA
DEFINICIÓN…
Ya no sólo se trata de una cuestión de interpretación
de las observaciones (donde la Ciae se asemeja mucho a Libro Azul), sino del
método utilizado para recabar tal información (que es peor que Libro Azul).
Volvamos a la definición de objetivos de la Ciae:
“Organizar, coordinar y ejecutar la investigación y
análisis de eventos, actividades o elementos presentes u originados en el
Aeroespacio de interés; identificar sus causas e informar las conclusiones a
los Organismos pertinentes que las requieran”. (fin de la cita)
Hay un párrafo llamativo:
“Presentes u originados en el Aeroespacio de interés”
Deberíamos preguntarnos
¿de interés para quién?.
Es un término muy amplio, y le permite a quien lo
elaboró, arbitrariamente decidir “a
piacere” que suceso encarar o no.
¿No es de interés que un piloto instructor
experimentado, junto a otro piloto a su lado, y operador de torre de control de
un Aeropuerto Internacional, denuncien la presencia de un fenómeno Aeroespacial
extraño?
Uno puede tener conocimientos técnicos, programas
excelentes, y expresar ante la prensa la “eficacia
de la investigación”, pero si no se levanta un teléfono para averiguar la
información con las personas directas, estamos ante la ausencia del principal
motivo del estudio científico: la
curiosidad.
Si ella no está presente es porque quien maneja esto,
cree ya saber todo del asunto, o muestra un rechazo con algún prejuicio
determinado.
Como he detallado en un artículo anterior, en palabras
del famoso astrofísico Pierre Guerin: “El mejor medio de no encontrar una prueba
es no buscarla”.
O aquella otra del astrofísico Claude Poher: “Para
juzgar al fenómeno Ovni se debe ser intelectualmente honesto y estar bien
informado”.
El Proyecto Condon y su titular, Dr. Edward Condon, que los negadores de turno suelen citar como un estudio “serio y definitivo”, y en realidad se trató de una gran farsa |
TODO LO OFICIAL SE
DERRUMBA DESDE 2015…
Este caso del 30 de junio, pone EN FLAGRANTE EVIDENCIA
la no cumplimentación de ninguno de los objetivos supuestos de la Ciae. Con
todo lo expuesto:
A – Queda DEMOSTRADO que el estudio que pretende tal
Centro oficial, sólo es para aquellos que envíen un mail al mismo (con foto y/o
video bajo el brazo), y que quién está a cargo de la misma, NO se comunicará
con testigo alguno (a no ser alguien que haya sacado una foto sin ver nada, o
sea: no un testigo).
B – El caso del 30 de junio DESNUDA el falso ropaje
del llamado “estudio de identificación
aeroespacial”. Porque si bien veíamos que tal ente no iba a estudiar casos
de aterrizajes (huellas o sucesos más complejos), al menos entendíamos que sí
estudiaba denuncias de objetos en el Aeroespacio.
Y aquí lo concreto fue una denuncia de la percepción
(desde aire y tierra), de un objeto volador luminoso en el Aeroespacio
Nacional.
La calificación OVNI no viene “a priori”, sino después de evaluar como inválidas las posibles
confusiones. No se trata de buscarle la quinta pata al gato por no aplicar la
Navaja de Occam como el titular de la CIAE repite como latiguillo al igual que
una creencia dogmática.
Hemos descubierto casi 300 casos OVIS que eran
supuestos OVNIS, está muy claro que no nos interesa sostener mito alguno.
Este caso nos ha servido y servirá, porque será un
recordatorio, cada vez que alguien burlonamente se refiera a los “perezosos ufólogos” y no se mire el
ombligo propio.
En suma: lo oficial es un estudio totalmente
ineficiente (no ya desde la Ufología) sino aún en caso donde el Aeroespacio
Argentino tiene una denuncia concreta.
El desafío de que la Ciae se comunique con testigos de
fenómenos o denuncias aeroespaciales sigue en pie, pero lo más probable es que
no se cumpla.
Incluso hay ejemplos claros de su incomodidad en
ampararse en testimonios o recabar información clave (CITA 4)
LA ACTITUD DE ALGUNOS
PARTICIPANTES OVNI
Como lo expresé en mi conclusión del caso, nos hemos
encontrado con situaciones que ratifican la crisis de la Ufología Argentina en
toda su magnitud.
En mi libro “Aterrizajes
de Ovnis en Argentina”, donde he reunido 2.000 casos en nuestro país,
figuran eventos con fuentes ufológicas de personas con las cuales ya no poseo
contacto alguno (ni tendré). Ello no fue impedimento para incluirlas.
Sin embargo, han comenzado a surgir algunas actitudes
llamativas en algunos participantes de la Ufología Argentina, que reflejan –sin
dudas– una mayor crisis a la ya detectada en los 16 años de la RAO (Red
Argentina de Ovnilogía).
Específicamente en este caso y desde el primer momento
que tomamos contacto con los testigos pilotos, pudimos lograr un grado de
confianza.
Hubo otros participantes que no lograron ello, y
trataron de llegar ofreciendo a los testigos “exclusividad de notas periodísticas”, pero siempre teniendo la “primicia” como eje de las mismas.
Esta característica (que podríamos llamar
UFOPERIODISMO), utiliza todas las técnicas típicamente periodísticas (lograr el
testimonio lo antes posible y difundirlo lo antes posible), y dejando de lado
todo análisis investigativo, que generalmente requiere de tiempo para llegar a
conclusiones.
El participante ufológico pasa a ser un simple
receptor de una declaración para subirla cuanto antes a las redes.
Esto no se contrapone con la necesaria DIFUSIÓN que
debe tener el tema, a no ser cuando se quiere realizar contra reloj y a toda
costa.
Algunos participantes Ovni parecen resolverse a favor
o en contra de un caso, de acuerdo a simpatías o antipatías con testigos y/o
otros ufólogos que también estén obteniendo la información.
El UFOPERIODISMO irrumpe de esta manera para mostrar
otra faceta lamentable en la alicaída Ufología argentina.
En un mundo de imágenes cada vez más creciente, el
peligro de la saturación de información OVNI pueden ser sistemas de
manipulación mucho más efectivas que el ocultamiento que se usaba años atrás.
Así lo señala también el eminente Dr. Jaqcues Vallée. Y vuelve a acertar.
La clave es retomar la prioridad investigativa pero
también ética del llamado participante ufológico.
CONCLUSIÓN
Estamos entre lo oficial (que dictamina sin investigar
y busca imágenes) y lo no oficial (una parte de participantes ufológicos) que
se limitan a conceptos de tipo periodístico y que también priorizan imágenes.
Es una simbiosis interesante. Lo oficial denosta a la
Ufología y a participantes. Estos no responden nada y estos están más
preocupados en como trasmitir la noticia de un caso desde su ámbito individual,
haciendo más de periodistas que de investigadores.
Al menos una pequeña parte de participantes, no nos
interesa ser parte de ese sistema engañoso.
LO OFICIAL: hace un lamentable papel, de verdadera y
absoluta pereza, de quietismo divagante y de investigación inexistente. Su
actividad más eficiente parece ser la de Prensa.
Pero en cuanto a sus supuestos objetivos, sólo son
frases de rigor, quizá para intentar justificar un «estudio» que a todas luces,
ha perdido su rumbo totalmente desde que comenzó en 2015.
Me pregunto desde qué autoridad alguien (en el
extranjero) o bien aquí desde lo oficial, intentan dar consejos de cómo deben
manejarse otras comisiones oficiales vecinas, cuando la de nuestra propia casa
es un ejemplo de paupérrimo análisis (por no decir ninguno).
¿Están esperando que lo Aeroespacial se dé a la vuelta
de la esquina?
¿Se trata de otro de los tantos casos resueltos sin
estudio alguno?
¿Sólo se desean casos con “Don Zoilos”?
¿Será que no se investiga porque se cree que esto es
otro de los casos “provocados por la
Pandemia”?
La inoperancia oficial ante este caso es tal, que
habría que replantearse hasta qué punto su continuidad tiene razón de ser.
La Ciae no puede evadir la responsabilidad de esquivar
a los testimonios que se presentan, porque eso es poner el carro delante de los
caballos. A no ser que su fundamentación sea la que alguna vez he esbozado, una
especie de “LABORATORIO FOTOGRÁFICO oficial”.
El caso del 30 de junio de 2020 que analizamos con
otros colegas, no posee ninguna mención a “nave extraterrestre” alguna. Es uno
de los claros ejemplos de casos OVNI a los cuales me estoy refiriendo. En
ninguna parte de nuestro informe hablamos de nada alienígena.
Más allá de eso, no aparecerá ningún OVNI con una
pancarta o insignia para aclararle su origen al titular de la Ciae (como
tampoco lo haría un prototipo o arma secreta de otro país), si es lo que espera
el Comodoro. Basta recordar lo acontecido con la aeronave no identificada del
Aeropuerto de Mendoza en 1968, cuando se presentó un objeto sin insignias.
Por lo tanto, es una tarea de todo centro que se
precie de estudiar e investigar lo aeroespacial, el comunicarse con testigos
que denuncien algún suceso en nuestro territorio.
Una foto con texto del titular del Centro de “Identificación Aeroespacial” (el
comillado ya es inevitable), lo muestra afirmando: “NO ESTUDIAMOS PLATOS VOLADORES”. A lo cual podemos agregar rotundamente:
TAMPOCO FENÓMENOS AEROESPACIALES..!
En cuanto a los PARTICIPANTES UFOLÓGICOS, el abundante
enfoque periodístico (o “investigación con micrófono”), dejando de lado
análisis de campo y escritorio claves; sólo le hacen el caldo gordo a posturas
oficiales como las actuales en Argentina.
Y aunque algunos ufólogos son menospreciados
constantemente por personeros de lo oficial (titulares o segundones), la
mayoría no reaccionan ni dicen nada al respecto, pero están atentos a ver lo
que hace el “colega”, y a veces defenestrarlo.
Actitudes lamentables que ya habíamos advertido en los
16 años del paso de la RAO (Red Argentina de Ovnilogía), donde contamos con un
gran “prontuario” de algunos fracasados de turno, para sacar a la luz (cuando
la oportunidad lo requiera).
Y ni que hablar cuando en 2011 arremetieron con
quienes habíamos ingresado a lo oficial, y hoy siguen en la postura del
silencio ante situaciones como las expuestas.
Una pregunta de algunos conocidos y personas ajenas al
tema siempre se reitera: “Si no defienden
ustedes los Ufologos su tema, quien va a hacerlo por ustedes?”
Al no ser creyentes, no nos interesa sostener tal o
cual caso, a diferencia de otros que se aferran a algunos eventos o deliran
citando “records mundiales” que nadie ha reconocido y que dan vergüenza
ajena.
Todo lo notable que se pueda obtener individualmente,
se derrumba estrepitosamente si no hay un logro conjunto.
Durante 16 años de congresos y boletines RAO insistí
constantemente en ello. Pero como ya es sabido, se llegó a un punto en 2007
donde fue inviable esperar acciones conjuntas.
Lo que no se dio, no se dará, ni es bueno esperar nada
de ello.
EL FUTURO…
Seguiremos recordando y denunciando, todo accionar
lamentable desde quien hoy encara lo oficial menospreciando Ufólogos (mostrando
una gran energía en difundir eso en medios de prensa) y cero energía para
comunicarse con testigos.
En el ambiente Ufológico, también lo haremos, porque
como decía Hynek, nos hemos ganado el derecho de hablar de un tema en el cual
hemos dedicado muchos años.
Acierta Vallée cuando afirma que su contacto con los
grupos ufológicos es mínimo. En mi caso sigo esa misma postura, sólo tomando
contacto con muy pocos Ufólogos del país y más otros en el extranjero.
Pero me parece igualmente importante alentar a
aquellos participantes noveles que aún sin ser “investigadores”, están
comenzando a realizar una positiva tarea en Ufología (como se está gestando
desde Rosario, por citar un ejemplo).
Y aunque no haya posibilidad de ningún esfuerzo colectivo
en la Ufología Argentina (colectivo no es de 2 o 3 grupos sino completo), al
menos continuar el contacto con quienes muestran iniciativas loables en el
enfoque del tema. Con ese espíritu habíamos comenzado en 1993 a entregar la
distinción más importante de los Congresos Rao: a la Calidad Humana, y lo
considerábamos más importante que los trabajos teóricos o prácticos.
En cuanto al suceso del 30 de junio, y como lo
planteamos en el primer informe, habiendo analizado todas las variables ya
detalladas, queda encuadrado bajo la categoría de O.V.N.I, que es la más
adecuada a la fecha.
Nuestro reconocimiento a los testigos y todos aquellos
que colaboraron para realizar estos informes.
Federico Franke y Sergio Fernández, fueron testigos junto al operador de la torre y otros observadores, del fenómeno del 30 de junio de 2020. |
CITAS
CITA 1: Algunas de las expresiones sobre Ufología del
titular de la Ciae pueden resumirse en un par de ejemplos:
“El problema de los Ufólogos es que
ellos dicen que los ovnis están acá y entonces ante cada vaca mutilada ven como
hacen que ese hecho confirme la hipótesis sobre extraterrestres que ellos
tienen”
“La mayor parte
de las supuestas apariciones vienen de fotos y videos”
Cualquier persona medianamente informada se da cuenta
que la primera frase es sólo una creencia personal y la segunda es un dato
totalmente falso.
CITAS 2 Y 3: “Ovnis:
el último desafío”, Alejandro Vignati (Opiniones y escritos del Prof. James
Mac Donald), Cielosur editora, Bs.As, 1980.-
CITA 4: Uno de los ejemplos de como “resuelve” un caso
la Ciae es el que reproduzco a continuación. En uno de los eventos del 2015, se
hace una cita de una foto obtenida por SERGIO CANTEROS, tomada en pleno día en
Ituzaingó (CORRIENTES).
Se puede leer “EL
OBJETO FOTOGRAFIADO ES COMPATIBLE CON UNA PELOTA DE REDUCIDAS DIMENSIONES, LANZADA
AL AIRE A POCA DISTANCIA DE LA CÁMARA”.
Sin entrar en detalles del suceso, hay datos básicos
inexistentes en la “investigación”, referentes al testigo, como ser:
¿Pudo percibir si había más personas por la zona? /
¿Cuáles son sus ideas sobre lo que vio? / ¿Tiene alguna formación técnica o
idea particular sobre el tema?
Y lo más interesante: si el testigo afirmó ver al objeto
antes de fotografiarlo, es clave determinar los segundos que tardó en efectuar
la foto, pero podemos suponer que ello no se hará en 1 o 2 segundos, sino al
menos 4 a 5. De esa manera, es imposible que una pelota se mantenga en el aire
el tiempo suficiente (Sólo por citar algunas de las incongruencias allí
señaladas).
Pese a ello, el caso quedó “resuelto” y rotulado de la
siguiente y disparatada manera: “COMPATIBLE
CON UNA PELOTA DE REDUCIDAS DIMENSIONES, LANZADA AL AIRE A POCA DISTANCIA DE LA
CÁMARA”. (SIC)
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