domingo, 10 de mayo de 2020

Ovnilogía en el Recuerdo - Enrique Miguel Molina - Caso Londres (Catamarca)

Transcripción realizada por Alberto Brunetti

Nota de Alberto Brunetti: Transcripto para facilitar su conservación y manejo respetando los errores gramaticales y de construcción de frases de la copia del original mecanotipeado por Miguel Molina y cedida a mi persona por Claudio Miszka (fallecido en 2017),  reconocido investigador de Valentín Alsina en la década de 1990. Nótese que el autor en su redacción utiliza la tercera persona mezclada con la primera persona, dificultándose por momentos separar su propia construcción de frases con la construcción de las mismas extractada sin lugar a dudas de los relatos textuales de los propios testigos entrevistados por Molina in situ. Por el tiempo pasado desde el fallecimiento de autor de esta investigación no es posible a mi criterio una nueva redacción de este informe, el cual, a pesar de ello tiene un gran valor histórico dado que aun cuando falta una datación cierta se deduce fácilmente que fue realizado con poca diferencia temporaria de la ocurrencia de los sucesos

Enrique Miguel Molina (Foto: Colección Carlos Ferguson)
 

CASO LONDRES (CATAMARCA, REP. ARGENTINA)

Londres, es una población ubicada al oeste de la provincia de Catamarca, en la República Argentina, y que fuera fundada por Juan Perez de Zurita en 1558 La que posee una población de unos 1.000 Habitantes, donde el progreso ha llegado, en la medida en que su gente amable y hospitalaria lo ha permitido.
Su comercio, es la cosecha de nueces, comino, pimentón, aceitunas, trigo y maíz.
El día 1º de Agosto de 1982, jueves, y alrededor de las 20 hs. Comenzó a soplar un viento, que con el correr de los minutos, se hacía de unos 150 km, por hora. Ante la magnitud del meteoro, se procedió al corte de energía eléctrica, para prevenir cualquier accidente por lo que el pueblo quedo a oscuras.
Desde la comisaría, se ordenó a los policías, Ramón Carpio, y Andrés Soria a recorrer el poblado, en prevención de que algo ocurriera debido al fuerte viento.
Soria se hizo cargo del volante de la patrulla N° 142-R7, la que recientemente había sido asignada a la comisaría del lugar, llevando como acompañante a Carpio únicamente.
Juntos, se dirigieron hacia el lado oeste del pueblo, por el camino que lleva a Tinogasta, una ciudad de la zona, ubicada distante varios kilómetros de Londres.
En ese lugar se encuentran ubicados dos (2) puentes, pasando unos metros del segundo, y es ahí cuando divisamos una “bola de fuego”, a una distancia considerable, unos 120 metros aproximadamente. La misma era de color rojo,, pero el centro era de un rojo más intenso, siendo su forma como la de un huevo, la que medía unos cinco o seis (5 o 6) metros de largo y unos tres (3) metros de ancho.
Nos empezamos a mover en dirección del pueblo, cuando al llegar a la plaza que se encuentra ubicada entre medio de los dos puentes, divisamos nuevamente a la “bola de fuego”. Esta al igual que la primera vez, se encontraba alejada de nuestra posición. Con Soria nos bajamos del móvil, para observarla mejor, ya que pensamos podría tratarse de chaguarales, una planta que los vecinos de Zapata, una localidad ubicada a veinte (20) kilómetros de Londres, encienden para ahuyentar los leones de la zona, una vez que bajamos de la patrulla debimos sostener las puertas de la misma, ya que el viento las azotaba, pero en esos momentos pensamos que de tratarse de chaguarales estos deberían ser arrastrados por el viento, el que iba en aumento, lo que no ocurría con lo observado, ya que la misma, se encontraba quieta además de ser muy luminosas.
Subimos al auto y retomamos nuevamente el camino del pueblo, pero al llegar a las esquinas de Calchaquí y Zurita, lugar este donde se encuentra ubicado un transformador de alta tensión nos encontramos nuevamente con esa “bola de fuego”. Esta se eleva, se dirige hacia la zona del matadero y nosotros resolvemos seguirla.
Justamente en ese lugar el cerro El Negrito finaliza, por lo que el camino bordea esta terminación, y es ahí que al dar vuelta que nos encontramos con esa “cosa” en medio de la calle.
Esta se encontraba a una altura de dos o tres (2 o 3) metros detenemos el auto, quedando ambos una distancia de cincuenta (50) metros aproximadamente. En esos instantes sentimos miedo, un miedo terrible, el auto y el lugar estaban iluminados como de día, no sabía si sacar la pistola, dice Carpio y si desde esta me contestarían, en caso de hacer fuego. Soria adivinó mi intención, por lo que me dijo que me quedara quieto, estábamos en eso cuando las luces del auto empiezan a fallar al igual que el motor, dice Soria, cuando con Carpio resolvimos salir del lugar, puse la marcha atrás, y de esta forma nos dirigimos por un callejón hacia la escuela, a todo esto el viento continuaba.
Al llegar despertamos con la bocina y a los gritos a Javier Navarro, con el propósito de que observara lo que nosotros veíamos, saliendo también su esposa Emma Moran.
En esos instantes la “bola de fuego”, que se mantenía bastante alejada, se dirige detrás del barrio de viviendas económicas perdiéndose de vista, al momento que se escucha una explosión seguida de una fuerte llamarada, la misma que uno hace, cuando uno tira un fosforo a un charco de nafta.
A la “bola de fuego” no la volvimos a ver, pero en esos instantes comenzó el fuego en el pueblo.
Luego de haber observado esa llamarada, mi esposo y los policías, se dirigen en dirección de la casa de la señora Trinidad Castro, con el propósito de decirle a la
misma que debía dejar la casa ya que el fuego se dirigía hacia allí. Yo volví al interior de la vivienda, y cuando me estaba acostando siento que comienza a llover con intensidad, al menos era lo que yo creía, pero al llegar el día, y salir de la casa, observo un brillo inusual en el patio.
Al averiguar que era, me encuentro con unos cristalitos esparcidos por todo el suelo, y luego por la escuela y sus techos, ya que somos caseros de la misma.
La señora observa que estos cristalitos, como ella los denomina y de que ahí que son conocidos con ese apelativo, lo eran de color verde, blanco, azul, y del color del arco iris, para ella los más bonitos, de estos conservamos únicamente los blancos y verdes, ya que los azules y arco iris, los habían llevado.
Estos cristales, cayeron en la escuela únicamente, y no en todo el pueblo como se dijo.
Los policías llegaron para decirme que abandonara la casa, ya que el incendio se dirigía hacia aquí, dice Trinidad Castro. Yo me encontraba con una nieta y les dije que se marcharan, que no me iría, se fueron pero antes me dijeron que regresarían. Con mi nieta nos encerramos a rezar para que todo pasara lo más pronto posible, pero a Dios gracias mi casa no fue afectada por el fuego, pero perdí varios animales gallinas, cerdos y cabritos, los que fueron carbonizados por el fuego, más la caída de numerosos nogales, por lo que le pedí a mi hija que viniera de Mendoza para ayudarme a reconstruir lo que perdimos.
Mientras todo esto sucedía, don Alberto Saleme, una verdadera personalidad del pueblo, varias veces intendente, jubilado como director de la escuela del lugar, corresponsal de diferentes diarios de la Capital Federal, Catamarca y Tucumán, y fuerte comerciante se encontraba sentado en su dormitorio, con ventanas y puertas cerradas, con una linterna en la mano, cuando observo que de repente, una luz blanca ilumina la habitación dejándola como de día.
En esos instantes sale de la habitación comprobando la claridad que había en el resto de la casa, resolviendo dirigirme hacia la calle comprobando que la claridad dejaba al pueblo iluminado como si fuese de día, y en esos instantes fue que observe una luz extraña de color rojo brillante, que se desplazaba por sobre los cerros iluminando a estos, pero sin hacer ruido alguno.
En eso comenzó a sonar la campana de la iglesia, la que para esos instantes se encontraba semidestruida, y entre el ulular de la sirena del móvil policial me dirigí hacia la comisaría, donde encontré a Carpio y Soria quienes comenzaban a relatar lo que había ocurrido, de lo que doy fe, ya que conozco a los mismos desde la edad escolar, estos no cambiaron lo dicho primeramente en las distintas veces que fueron interrogados.
Los policías al decir de don Saleme, se encontraban sumamente excitados y con los ojos irritados, lo que fue certificado por el médico del lugar.
Algunos pobladores que llegaban a Belén una ciudad que precede a Londres, informaban a las autoridades lo que sucedía, desde donde se envía todo tipo de ayuda y se ponía en conocimiento del gobierno central el suceso.
Ya para ese entonces, el fuego había comenzado a ser dominado por los pobladores, el que únicamente se extendía por las afueras debido a que el fuerte viento soplaba en sentido contrario al centro del poblado.
Algunos habitantes de Londres que corrían por las calles, vieron un objeto al que describieron como una llama de soplete autógeno.
Ese mismo día (jueves), pero alrededor de las 10 de la mañana la señora Nicolasa de Carrizo, que vive a escasos metros de las esquinas de Calchaquí y zurita, vio desplazarse por encima del poblado, un objeto de forma circular plateado, el que reflejaba la luz del sol, a una altura considerable, nos dijo esto luego de insistir en repetidas oportunidades, ya que tenía orden oficial de no divulgar este acontecimiento.
Unos días antes de este hecho, la señora Juana de Medina y su nieta Nora de Lezcano, regresaban del cementerio local, cuando observaron un objeto de forma redonda de aspecto metálico, que se mantenía quieto en el firmamento, el que luego de unos minutos comenzó a desplazarse, hasta alcanzar una velocidad inusual. Ellas hicieron notar esto a quienes circulaban por el lugar.
Un guarda de la empresa de ómnibus que cumple el recorrido entre Tucumán y Tinogasta, el señor Marcelino Araya, nos informó que al llegar el viernes por la tarde a Londres, encontró que lo sucedido era ampliamente contado por los pobladores, para algunos el O:V:N:I, era el causante de todo lo sucedido, mientras que para otros, el viento, y el O:V:N:I: por el incendio.
Me contaron además que la luz era intensa, que dejaba ciego a cualquiera. Pero lo que más note fue miedo en esa gente. Además los obreros que llegaron de poblaciones vecinas, temían que se pudiera repetir lo de la madrugada, en una palabra encontré un pueblo convulsionado.
El señor Jesus Orellana, camionero, domiciliado en la ciudad de Belén a 11 kilómetros de Londres, observo una luz de color rojo que se desplazaba sin ruido alguno, y que venía desde Londres, la que al pasar por sobre la ciudad, se dirigió con rumbo hacia el norte.
He aquí lo sucedido en Londres, ya que en zonas no muy alejadas, ocurrieron hechos similares.
CONCLUCIONES
1° De acuerdo a lo dialogado con los testigos principales Ramón Carpio y Andrés Soria, estos no tenían conocimientos algunos sobre O:V:N:I:s., por lo que siempre
dijeron “bola de fuego” en sus declaraciones y no O.V.N-I-, como se les atribuye periodísticamente. 2° Los testigos son gente del lugar, con instrucción primaria únicamente.
3° Fueron entrevistados por separados, coincidiendo el relato de uno con el otro.
4° Los testigos sufrieron problemas visuales y nerviosos por lo que se encontraban muy alterados, lo que ocurre comúnmente con los testigos O.V.N-I
5° Al tratar de entrevistarlos, se opusieron, ya que dijeron que su versión era tergiversada, como había ocurrido entonces. Ellos se referían a lo que habían publicado hasta entonces los medios periodísticos.
6° No podría tratarse de chaguarales, una planta en forma de hongos, de unos noventa (90) centímetros de altura, ya que debió haber sido arrastrada por el viento, además debieron ser varias no una sola.
7° Se manifestó fenómeno electromagnético en el automóvil, comenzando a fallar el encendido al igual que el motor.
8° El desplazamiento del O.V.N.I., fue inteligente, ya que siguió a los policías, despertando en estos la curiosidad, (como en 1978), llevándolos a un lugar apartado, poco poblado con fines no determinados, contacto, rapto, etc.
9° El fuerte viento, el Zonda, común para esta época del año, el que nunca fue de tanta intensidad, siendo esta la causa principal de la caída de nogales, voladuras de techos, etc.
10° El O:V:N:I, fue avistado por numerosos habitantes que coincidieron en su descripción, el que parecía una llama de soplete autógeno, descripción similar a la de unos testigos que observaron O.V.N.I.s., en Artigas, Uruguay
11° En la mañana del día Jueves, y alrededor de las diez (10)) de la mañana, se observó, el desplazamiento de un O:V:N:I, de forma circular, el que reflejaba los rayos de sol.
12° En los días previos se observaron O:V:N:I:s., en la zona.
13° El O.V.N-I., iluminó el pueblo como de día, al igual que en numerosas apariciones en el planeta.
14° Los cristales dieron los siguientes resultados………
15° El O.V.N.I., fue avistado instantes después en Belen, distante once (11) kilómetros de Londres, describiéndose el mismo al igual que el observado, en poblaciones aledañas, también se produjeron incendios, o que da la pauta que el O.V.N.I., no se destruyó con la explosión como se dijo.
16° No se encontró huella de trípode u otro elemento de aterrizaje en el lugar señalado como el de la explosión, tampoco cristalitos, si cenizas de ramas y pasto, las que analizadas, no revelaron las características del combustible empleado.
17° Los policías y la familia Navarro no vieron luego al O.V.N.I., porque se fueron, unos a la casa de la señora Trinidad Castro y la señora al interior de su vivienda.
18° Por lo expresado y de acuerdo a planilla técnica de encuesta lo observado fue un O.V.N.I., el que ocasiono el fuego únicamente, no así el viento, el que fue independiente del mismo. 

ENRIQUE M: MOLINA
Tucumán – Rep. Argentina 

SALVEDAD DE ALBERTO BRUNETTI
Enrique Miguel Molina falleció hace muchos años. Ameritaría acompañar a esta nota una reseña biográfica del mismo. Ante la falta de datos no hago la misma ahora, pero queda abierta esta publicación y seguramente la misma será incluida en el futuro.

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