martes, 19 de febrero de 2019

La investigación OVNI y el falso cristal de la evidencia fotgráfica


Autor: Alberto Brunetti


“En realidad, la prueba fotográfica es la más incierta y endeble de las evidencias con que cuentan el investigador y el analista científico para dilucidar la problemática del fenómeno OVNI”
(“Los OVNI y la evidencia fotográfica” – Guillermo Roncoroni y Gustavo Alvarez)

En la actualidad el auge de las redes sociales y la inmediatez de la propalación de los acontecimientos además de la proliferación de artilugios técnicos productores de imagen al alcance de casi cualquier persona (celulares, tablets, notebooks, cámaras digitales, etc.) trajo aparejada la aparición de innumerables supuestas fotografías de “OVNI”, inundando el espacio virtual mediático.
A tal punto que la escasa labor investigativa de los pocos grupos civiles activos se ha volcado a esta faceta en detrimento del resto de la casuística. Y no solo los investigadores civiles se han contagiado de esta parcial exclusividad de enfoque, sino también algunas comisiones oficiales (tal el caso de la de la República Argentina), que, aún quiero creer es tan solo una desprolijidad honesta y no una actuación ex profeso para asegurar un alto porcentaje de “explicados”, lo que permitiría sin esfuerzo soslayar o relativizar la importancia de los testimonios OVNI (política oscurantista enseñada aunque obsoleta desde el famoso proyecto Blue Book)
En el ámbito ovnilógico (o ufológico en dialecto spanglish), es sabido que la evidencia fotográfica es la más endeble y pobre de todas las evidencias.
Investigar un caso fotográfico exige un importante ejercicio de objetividad:
1.- Requiere paciencia en la toma del testimonio de la persona que realizó la toma.
“Ninguna fotografía puede aceptarse como prueba de la realidad de un objeto volador no identificado sin la existencia de un testigo de confianza que la avale” (The UFO Evidence – Cap IV – NICAP - Ralph Rankow)
2. Requiere una exhaustiva “anamnesis” para situar la toma exactamente en el contexto que el testigo-fotógrafo dice haberla realizado.
3.- Exige un análisis posterior de la imagen sobre autenticidad y, pasado este, la medición de los parámetros de la imagen impresa.
4.- Si la toma no está trucada o fraguada, comparar estos parámetros medidos con la impresión que dejarían fenómenos u objetos convencionales.
5.- Recordar siempre qué se entiende por autenticidad de un caso fotográfico: “Cuando decimos autenticidad ó fotografía auténtica, hacemos referencia a si la fotografía fu obtenida tal como declara el testigo” y no que lo fotografiado sea un objeto o fenómeno no convencional.
Todas estas consideraciones implican que: “El análisis de la fotografía debe realizarse a la luz del testimonio y paralelamente al análisis del mismo” No tiene validez la presentación de la evidencia fotográfica si no es para apoyar el testimonio del testigo-fotógrafo ya sea para aceptar ó para descartar la posibilidad de ocurrencia de hechos o fenómenos anómalos.
Estoy viendo en los informes que se presentan que se le resta importancia o directamente falta todo el punto 1 y por ende el punto 2.
Se centran los informes apenas en escasos parámetros georeferenciales e identificatorios. De ahí pasan a explayarse en el punto 3 pasando a exponer el punto 4 y 5 con mayor extensión.
La falta de datos de los primeros dos puntos refleja sin duda que apenas se los tuvo en cuenta o bien directamente se analizaron las imágenes independientemente del relato del testigo. Esto solamente restaría peso a cualquier trabajo o pericia que se realice en las imágenes por muy exhaustiva que se prentenda.
Y, por otro lado, no hay que olvidar que los casos fotográficos son apenas una pequeña porción del problema OVNI (aún cuando la cantidad de supuestas imágenes haya crecido exponencialmente en estos últimos tiempos por las razones esgrimidas al principio del artículo).
Por mucho que nos pese siguen produciéndose testimonios del tema OVNI cuyo eje testimonial no ha variado a pesar de las décadas, contextos socioculturales, nivel de comunicación, etc. Se siguen relatando casi siempre lo mismo. Se sigue hablando de las mismas categorías que esbozara magistralmente Joseph Allen Hynek palabras más palabras menos… y como decía el gran Aimeé Michel… los testigos cuentan eso… no nos hablan de “elefantes rosas”
Centrarse solamente en la evidencia fotográfica no es encarar una investigación seria. Es ignorar más de un 80 % de los datos disponiles para el análisis. Es una manera facilista y elegante de patear la pelota para más adelante. Menos no es más.


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