Autor: Alberto Brunetti
“En realidad, la prueba fotográfica es la más incierta
y endeble de las evidencias con que cuentan el investigador y el analista
científico para dilucidar la problemática del fenómeno OVNI”
(“Los OVNI y la evidencia fotográfica” – Guillermo
Roncoroni y Gustavo Alvarez)
En la actualidad el auge de las redes sociales y la
inmediatez de la propalación de los acontecimientos además de la proliferación
de artilugios técnicos productores de imagen al alcance de casi cualquier
persona (celulares, tablets, notebooks, cámaras digitales, etc.) trajo
aparejada la aparición de innumerables supuestas fotografías de “OVNI”,
inundando el espacio virtual mediático.
A tal punto que la escasa labor investigativa de los
pocos grupos civiles activos se ha volcado a esta faceta en detrimento del
resto de la casuística. Y no solo los investigadores civiles se han contagiado
de esta parcial exclusividad de enfoque, sino también algunas comisiones
oficiales (tal el caso de la de la República Argentina), que, aún quiero creer
es tan solo una desprolijidad honesta y no una actuación ex profeso para asegurar un alto porcentaje de “explicados”, lo que permitiría sin esfuerzo soslayar o relativizar
la importancia de los testimonios OVNI (política oscurantista enseñada aunque
obsoleta desde el famoso proyecto Blue Book)
En el ámbito ovnilógico (o ufológico en dialecto
spanglish), es sabido que la evidencia fotográfica es la más endeble y pobre de
todas las evidencias.
Investigar un caso fotográfico exige un importante
ejercicio de objetividad:
1.- Requiere paciencia en la toma del testimonio de la
persona que realizó la toma.
“Ninguna fotografía puede aceptarse
como prueba de la realidad de un objeto volador no identificado sin la
existencia de un testigo de confianza que la avale” (The UFO Evidence – Cap IV
– NICAP - Ralph Rankow)
2. Requiere una exhaustiva “anamnesis” para situar la
toma exactamente en el contexto que el testigo-fotógrafo dice haberla
realizado.
3.- Exige un análisis posterior de la imagen sobre
autenticidad y, pasado este, la medición de los parámetros de la imagen
impresa.
4.- Si la toma no está trucada o fraguada, comparar
estos parámetros medidos con la impresión que dejarían fenómenos u objetos
convencionales.
5.- Recordar siempre qué se entiende por autenticidad
de un caso fotográfico: “Cuando decimos
autenticidad ó fotografía auténtica, hacemos referencia a si la fotografía fu
obtenida tal como declara el testigo” y no que lo fotografiado sea un
objeto o fenómeno no convencional.
Todas estas consideraciones implican que: “El análisis de la fotografía debe realizarse
a la luz del testimonio y paralelamente al análisis del mismo” No tiene
validez la presentación de la evidencia fotográfica si no es para apoyar el
testimonio del testigo-fotógrafo ya sea para aceptar ó para descartar la
posibilidad de ocurrencia de hechos o fenómenos anómalos.
Estoy viendo en los informes que se presentan que se
le resta importancia o directamente falta todo el punto 1 y por ende el punto
2.
Se centran los informes apenas en escasos parámetros
georeferenciales e identificatorios. De ahí pasan a explayarse en el punto 3
pasando a exponer el punto 4 y 5 con mayor extensión.
La falta de datos de los primeros dos puntos refleja
sin duda que apenas se los tuvo en cuenta o bien directamente se analizaron las
imágenes independientemente del relato del testigo. Esto solamente restaría
peso a cualquier trabajo o pericia que se realice en las imágenes por muy
exhaustiva que se prentenda.
Y, por otro lado, no hay que olvidar que los casos
fotográficos son apenas una pequeña porción del problema OVNI (aún cuando la
cantidad de supuestas imágenes haya crecido exponencialmente en estos últimos
tiempos por las razones esgrimidas al principio del artículo).
Por mucho que nos pese siguen produciéndose
testimonios del tema OVNI cuyo eje testimonial no ha variado a pesar de las
décadas, contextos socioculturales, nivel de comunicación, etc. Se siguen
relatando casi siempre lo mismo. Se sigue hablando de las mismas categorías que
esbozara magistralmente Joseph Allen Hynek palabras más palabras menos… y como
decía el gran Aimeé Michel… los testigos cuentan eso… no nos hablan de
“elefantes rosas”
Centrarse solamente en la evidencia fotográfica no es
encarar una investigación seria. Es ignorar más de un 80 % de los datos
disponiles para el análisis. Es una manera facilista y elegante de patear la
pelota para más adelante. Menos no es más.
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